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Civilización Maya
Historia

CIVILIZACION MAYA

 

 

La civilización maya habitó los territorios comprendidos entre el sur-sureste de México (estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán) y los actuales países de Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador.

Los mayas pertenecen a una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, y tienen una historia de más de 3.000 años dejándonos un legado científico y astronómico de gran relevancia. Durante esos años se hablaban cientos de dialectos los cuales han dado lugar a cerca de 44 lenguas mayas diferentes.

MAYAS
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Pueblos Mayas
Popol Vuh
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Máscara maya en el museo de antropología de la Ciudad
de México, abril 2008, imagen de Wolfgang Sauber

Los mayas hicieron grandes e impresionantes construcciones y se les puede considerar como un imperio. Hicieron pirámides, centros religiosos, palacios para sus gobernantes, residencias para sus nobles, todas ellas decoradas con pinturas murales y adornos de estuco. Se han encontrado jeroglíficos que nos han ayudado a conocerles mejor. Su cerámica está catalogada como de las más variadas, finas y elaboradas del mundo antiguo. Los mayas comerciaban con otros pueblos, y lo hacían con el jade, el cacao, el maíz, la sal y la obsidiana.

 

 

Aunque se piensa que la civilización maya ha desaparecido, eso no es cierto. Todavía quedan descendientes que viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia de los mayas.

 

ESTRUCTURA DE LA CIVILIZACION MAYA

Organización social

La vida en los grandes centros urbanos del prehispánico debía ser tan compleja como lo es en las modernas ciudades de la actualidad. Lo que se sabe de los mayas nos hace pensar así. En el artículo “Los Mayas” de Howard LaFay se puede leer que:

“Desapareció la imagen del hombre maya como primitivo agricultor pacífico practicando ritos religiosos esotéricos en la quietud de la selva. El resultado es un pueblo guerrero lleno de vida, en numeroso insospechado anteriormente, que usó técnicas agrícolas muy avanzadas. Y al igual que los vikingos a medio mundo de distancia, comerciaban e invadían con brío”.

La sociedad maya estaba organizada sobre la base de una marcada estratificación social, a la cabeza de la cual se encontraba la nobleza, los almenehoob (“los que tienen padres y madres”). Este grupo privilegiado monopolizaba el poder y la autoridad al ostentar los puestos políticos y religiosos. El gobernante supremo de la provincia era el Halach Uinik (o Halach Winik) en quien residía el poder absoluto sobre los asuntos terrenales y espirituales. Se le llamaba también Ahau, y sus emblemas eran el escudo redondo y el cetro en forma de figura antropomorfa con cabeza de serpiente. El cargo de Halach Uinik era hereditario dentro de una sola familia, y pasaba del padre al hijo mayor.

El Halach Winik era, al mismo tiempo, el Batab o jefe local de la ciudad en la que vivía, y tenía bajo su mando al resto de los bataboob o jefes locales de las poblaciones que conformaban la provincia. Como jefe supremo, recibía tributo, convocaba a los guerreros y formulaba la política.

En la guerra cada Batab comandaba a sus soldados, pero existía un comandante militar supremo llamado Nacom, que desempeñaba el cargo durante tres años y respondía directamente ante del Halach Winik.

Después de los bataboob estaban los Ah Cuch Caboob, quienes administraban los barrios en los que se encontraba dividida la ciudad. Un cargo similar era el de los Ah Kuleloob, delegados que acompañaban al Batab, sirviéndoles de ayudantes, portavoces y mensajeros. Encontramos también a los funcionarios encargados de las cuestiones sociales y ceremoniales, llamado Popolna y Ah Holpop. Finalmente, la categoría más baja de funcionarios era la de los Tupiles, que hacían las veces de “alguaciles” o policías, manteniendo el orden y vigilando el cumplimiento de la ley.


Extensión de la civilización maya, imagen de Kmusser

El grupo de los sacerdotes, llamado genéricamente ahkincob (singular Ahkin), tenía la misma categoría que los jefes de Bataboob. El “sacerdocio” también era hereditario y privativo de unas cuantas familias de la nobleza. El supremo sacerdote recibía el nombre de Ahuacán, que significa “señor serpiente”. Sus actividades se relacionaban con el ritual, los sacrificios, la adivinación, la astronomía, los cálculos cronológicos, la escritura jeroglífica, la educación religiosa y la administración de los templos.

Debajo del Ahuacán estaban los sacerdotes llamados Chilares o adivinos, destinados a interpretar los designios que los dioses enviaban a los hombres a través de los oráculos. El encargado de llevar a cabo los sacrificios rituales y abrir el pecho de la víctima para sacarle el corazón era el Nacom, que no debe confundirse con el jefe militar a quien también se le llamaba así. Le ayudaban cuatro asistentes llamados Chacoob, quienes, además de sostener a la víctima, tenían otras funciones, como la de encender el fuego nuevo en el mes de Pop, ayunar y untar de sangre a los ídolos que recién se habían esculpido en el mes de Mol.

No hay lugar sobre el lugar que ocupaban los mercaderes profesionales (Ppolom) en la escala social. Eran miembros de la nobleza, no sólo por descender de los navegantes putunes conquistadores de esa tierra, sino por tener en sus manos esa importante actividad económica. Así, el cronista Antonio de Herrero y Tordecillas en su “Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del mar océano” señala:

“En esta tierra de Acalán usaban hacer señor al más caudaloso mercader, y así lo era Apoxpalón que tenía gran trato de algodón, cacao, esclavos, sal, oro, aunque poco y mezclado con cobre y otras cosas; y de caracoles colorados, para atavíos de las personas, resinas y sahumerio para los templos y tea para alumbrarse, colores y tintas para pintarse en las guerras y fiestas y para teñirse para defensa del calor y del frío y de otras mercaderías que habían menester…”

 

Por su condición de nobles, los mercaderes fueron aliados poderosos de los jefes militares, ya que les informaban sobre las rutas y las posibilidades económicas y defensivas de otros pueblos.

Aunque, en general, toda la tierra era propiedad comunal y pertenecía a los pueblos, los nobles tenían mayor acceso al producto de la tierra (los frutales, las plantaciones de cacao y las salinas), no la poseían ni la trabajaban: lucraban con el trabajo de los agricultores. Éstos recibían también el pago de tributos, consistentes generalmente en productos de la caza y la pesca, cultivos de la milpa, miel, mantas de algodón y servicio personal.

Debajo de este complejo estrato que era la nobleza, estaba el pueblo, la gente común llamada Yalba Uinikoob (“hombres pequeños”), Chemal Uinicoob, Memba Uinicoob o Pizilcan, todos ellos plebeyos. Estos nombre significan lo mismo que el término náhuatl Macehual, frecuentemente utilizado en la época colonial.

La “gente común” era la más numerosa y comprendía a los campesinos, pescadores, leñadores, aguadores, albañiles, artesanos, canteros, tejedores, cargadores, etc. El pueblo era el que cultivaba el maíz y producía los alimentos para si mismo y para la clase noble. También era el que cortaba, cargaba, labraba y esculpía las piedras que conformarían los grandes edificios, el que constituía las calzadas y los templos, el que decoraba sus fachadas con pinturas y mosaicos, y el que con su tributo en especie y en trabajo sostenía a la clase privilegiada.

Por debajo del pueblo se encontraba el último peldaño en la escala social, los esclavos (ppentoc, masculino y munach, femenino). Eran, en su mayor parte, individuos capturados en la guerra o bien esclavizados por algún delito. También se podía nacer esclavo o convertirse en tal al ser vendido en el comercio o al queda huérfano.

 

Organización política (gobierno)

En el periodo Clásico (290 al 909 d.C), los gobernantes supremos recibían el título de K´inich (Rostro solar), Ahow Te´ (señor árbol), Ch´ul Ahaw (señor sagrado) o Bakau (sostenedor del mundo). Otros nobles emparentados con él se llamaban Ahaw (señor).

También había gobernantes de centros o ciudades secundarias, quienes eran llamados Sahl y le rendían fidelidad al Ahaw Te´.

Durante el clásico Terminal (800 al 1000 d.C) y posclásico temprano (909 al 1451 d.C.) hubo otra forma de gobierno en la península de Yucatán, el Multepal o gobierno confederado, cuyas ciudades hegemónicas fueron primero Chichén Itzá y después Mayapan. En el Multepal no hubo un solo gobernante, sino que el gobierno se ejecutaba por medio de varias personas a la vez, quienes se consideraban “hermanos”. Cada uno de los integrantes del consejo de gobierno (Multepal) recibía el titulo de Ah Tepal.

Después de la destrucción de Mazapán (1451) la península de Yucatán se fragmentó en 16 o 17 provincias independientes llamadas Kuchkabal. Cada Kuchkabal tenía su capital, donde residía el Halach Winik (Hombre verdadero), quien tenía autoridad militar, judicial y política. Cada Kuchtabal se dividía en Batabilo ´ob que estaban regidas por funcionarios de alto rango, llamados Batabo ´ob. Los Batab le rendían fidelidad al Halach Winik y a veces eran sus familiares. A su vez, Batabil estaba dividido en varias Kuchteel o unidades residenciales. Esta unidad organizativa residía en un pueblo y estaba dividido en familias extensas. Sus líderes se reunían en un consejo para solucionar los asuntos de gobierno y, según parece, el Batab también formaba parte de ese consejo. Los consejos se cada Batabil estaban integrados por los representantes de los intereses de las familias: ah k´ulo ´ub y los representantes nombrados por el Batab: ah kuch cabo ´ob. Los Kuchtabal de Hocaba y Calotmul no tenían Batabes, sino que el segundo nivel de gobierno era ejercido por los Holpop, funcionarios nombrados por las cabezas familiares de las kuchteelo ´ob.

El Halach Winik era el sumo sacerdote de cada kuchtabal. Le seguían en categoría el Ahaw Kan May. Los sacerdotes regulares se llamaban ah k´in, los sacrificadores ah nakom, los que profetizaban chilan, otros sacerdotes de menor grado chako´ob y en el Yucatán moderno son los hmen. Los líderes o capitanes guerreros se llamaban Nakom, aunque el Batab también tenía alto rango militar.

En las tierra altas de Guatemala, el gobierno quiché estaba a cargo de los Ah Pop y el gobierno de los cakchiqueles a cargo de cuatro funcionario llamados Ago, aunque dos de ellos detentaban el poder verdadero: el Ahpotsots´il y el Ahpoxahil.

Organización religiosa (personajes de la estructura religiosa)

Halach Uinik, sacerdote y gobernador del Kuchkabal (provincia).
Ah K´in May o Ahau Kan Mai´, sumo sacerdote.
Ah K´in, sacerdote regular. Ah prefijo de procedencia, Kin significa Sol, es decir “el que proviene del Sol”.
Ah Nacom, sacrificadores.
Chilam, profeta.
Chá ako´ob, ayudantes.

La religión maya era muy pendiente de sus dioses y eran acreedores y muy creyentes a ellos.

 

Organización económica

Siendo la agricultura una actividad central en la vida de los mayas, se ha especulado mucho sobre las técnicas agrícolas que utilizaban con más frecuencia en la época prehispánica; si las de tipo extensivo, como el sistema de roza-tumba-quema, o las de tipo intensivo, como el riego y las terrazas. Hay evidencias de que combinaban ambas técnicas con otras alternativas, como la recolección, las huertas domésticas, los camellones o campos levantados, la arboricultura, la caza y la pesca. Es importante recordar que fue principalmente la selva tropical el tipo de ecosistema en el que los mayas vivieron y del cual obtuvieron su alimento. Sin embargo, las características del trópico varían mucho y es posible que las diferencias en clima, suelo y vegetación determinara la explotación de los recursos naturales y el tipo de sistema agrícola utilizado. Las técnicas debieron, pues, adaptarse a la cantidad y calidad de la tierra disponible, al tipo de cultivos y a diversos factores socioeconómicos.


Palabra cacao en escritura maya. En otros textos
antiguos aparece escrito de diferente manera

Comercio

El comercio fue indispensable para la economía, ya que en el área geográfico maya proveía grandes productos, pero los limitaba de otros. Durante el clásico se desarrollaron grandes mercados en las urbes que se llamaban p´polom. Tras la reorganización social de finales del post-clásico no se desarrollaron los tianguis. Entre los mayas, los comerciantes hacían largos y exhaustivos recorridos para poder abastecer a pequeños comerciantes quienes distribuían de casa en casa los artículos exclusivos de ciertas zonas como el Jade, del Valle de motagua, en Guatemala, la indispensable Obsidiana de las fuentes del altiplano de Guatemala como El Chayal e Ixtepeque, las prestigiosas plumas del Quetzal de los Bosques Nubosos de Guatemala, algodón del noroeste, las conchas y el pescado de las costas. También la sal del norte y de fuentes del río Chixoy en Alta Verapaz, el cacao de Tabasco, Guatemala y Honduras y el pedernal de la zona Puuc. El Arte también se convirtió en un objeto apreciado entre los nobles, y las Cerámicas Policromadas de lugares como Chamá y Nebaj en el altiplano de Guatemala se distinguieron por sus finas obras que se han encontrado en muchos sitios distantes. Los grandes comerciantes adquirían gran prestigio y fama entre la nobleza maya y en algunas ocasiones eran reclutados como espías del rey.

Moneda

No existían monedas para el comercio, solamente el trueque y en ocasiones se utilizó el cacao como tal. Aunque no había un valor exacto, un conejo valía 10 semillas. El cacao conservó sus usos económicos durante un breve periodo del dominio español. El 17 de junio de 1555, por orden del Virreinato de la Nueva España, el cacao pudo ser intercambiado con monedas europeas al equivaler un Real español a 140 semillas de cacao, en 1575 bastaban 100 semillas de cacao para un real y al final de ese siglo eran 80 por un real.

 

Propiedad de la tierra

Los gobernantes supremos (ahau) otorgaban tierras a sus súbditos, según su rango social y división del trabajo se otorgaban parcelas de terreno cultivable por una familia para su subsistencia, para pagar tributo y para comercio en una extensión que llenara la capacidad de producción para cubrir los requisitos antes expuestos. No debe confundirse bajo ningún motivo con un sistema comunal, ya que la tierra pertenecía al ahau, que la podía retirar en cualquier momento y utilizarla para sus propios fines como una propiedad personal más que como propiedad de la ciudad-Estado maya que gobernara.

Transporte marítimo

El transporte marítimo tuvo gran importancia en el desarrollo del comercio y por lo tanto de su economía. Sus embarcaciones más tempranas tenían como base en remo y carecían de la vela. Con estas primeras embarcaciones costearon la Península de Yucatán y lograban salir de la peligrosa barrera coralífera ayudándose de faros que les indicaban las distancias, peligros, así como las salidas al mar. También navegaron por los ríos de Tabasco, Chiapas, Guatemala y Honduras. Se estima que en esas embarcaciones se podían transportar de veinte a cuarenta personas, incluyendo sus mercancías. Existen evidencias de que arribaron a las tierras de Honduras y es posible que hayan llegado hasta Panamá. Primeramente las embarcaciones estaban adaptadas para navegar en agua dulce, después se fueron adaptando al mar, gracias a que diferenciaron e hicieron distinción entre la proa y la popa.

 

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Transporte terrestre

Existía gran diversidad y complejidad entre las extensas redes de carreteras y caminos. Son dignos de importancia los Sache´ob (Sache en singular) que significan “caminos blancos”. En general, la construcción de las carreteras y caminos se realizaban mediante todo un conjunto de procedimientos laboriosos. En primer lugar, se podaba el camino previamente determinado, después, con la ayuda de gigantescas moles de piedra, alisaban la tierra. Posteriormente se cubrían con arena calcárea con el fin de que la maleza no obstruyera la vialidad, y por último, se cubrían con estuco. Un Saché muy conocido es el que comunica a Cobá con Yaxuná y posee cien kilómetros de distancia.

A pesar de conocieron la rueda, solo la utilizaron en la elaboración de juguetes artesanales que hacían representando animales cuadrúpedos con una rueda en cada pata. Sin embargo, lo más indispensable para poder lograr un excelente vehículo de transporte, no son las ruedas en sí, sino los “rayos” o radios de ellas. La carencia de animales de tiro no explica por tal motivo, la inexistencia de carros, tanto como los mencionados radios.

COMENTARIOS

Brayan Omar, 16/10/2012
Solo quiero saber que en la ciudad de copan, abajo de la piramide en contraron un tunen que los llebo supuestamente ala tumba del, señor de copan

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